Generalmente no le damos valor a nuestras habilidades, no creemos que son importantes, porque no somos conscientes del impacto positivo que podemos causar en las personas. Usualmente pasa por que para nosotros puede ser algo muy simple o común, pero para otros puede ser muy valioso. Además, el poder monetizar tus habilidades no depende de la competencia, sino de lo que puedas aportar, de tu impronta, de cómo presentas la solución a un problema o que necesidad estés resolviendo para la audiencia.
No es necesario que seas un experto en tecnología para poder crear un negocio digital. La mayoría de las herramientas que vas a necesitar utilizar son super intuitivas e incluso tienen muchos tutoriales en el caso de que uno no entienda algo. Realmente no es necesario ser programador o desarrollador.
Eso se basa en una creencia de que hay un “momento perfecto” para las cosas, cuando no es asi, el momento perfecto es AHORA. Lo importante es tomar acción, no la edad ni que tanto conocimiento uno tiene en el mundo digital. Muchos clientes nuestros empezaron sin siquiera tener redes sociales, lo que cuenta son las experiencias de vida, la sabiduría y hasta la fortaleza que se tiene de más grande. A partir de los 30 a los 55 años, se tiene más claridad sobre lo que te gusta, lo que puedes ofrecer y cómo llegar a tu público. Además, emprender es un proceso que no depende de la edad, sino de la disposición para aprender, adaptarse y actuar. Además, hay estudios que han demostrado que las personas mayores de 40 años tienen una tasa de éxito más alta en los negocios por su capacidad de gestionar el riesgo de manera más eficaz.